Es una criatura tranquila y de modales suaves. Su cuerpo está diseñado para deambular pero no para la velocidad. Por lo tanto son el símbolo de la paciencia y la alegría, ya que están contentos con estar donde están, y no tienen prisa para nada.

No en vano el hipocampo es tradicionalmente el símbolo de la fidelidad, ya que su vida en pareja es a tal punto compartida que, según cuenta la leyenda, terminan sus días juntos. Un aspecto único de los caballitos de mar es que el macho está implicado con la hembra en la crianza de los hijos. El macho y la hembra se aparean en una especie de danza preciosa, luego la hembra deposita los huevos en una cavidad del macho…y es el macho el que protege estos huevos hasta que nacen.

La visión de los caballitos de mar es increíblemente buena, y cada ojo se mueve de forma independiente. Tomamos esto como un mensaje totémico de la percepción y la conciencia de quienes nos rodean y de nuestra situación. Cuando estamos perdidos o confundidos, el caballito de mar nos pide que hagamos una buena mirada alrededor – no sólo con nuestros ojos físicos, sino con nuestros ojos espirituales con el fin de obtener una perspectiva mejor de las situaciones.