MIRRA
El aroma de la Mirra tiende hacia la espiritualidad y la virtud, a la visión interior y exterior de los distintos planos de conciencia, incidiendo en el trabajo y el servicio, en el deseo de ayudar a los demás, como si fuera un puente entre el espíritu y la materia.
El trabajo, la dedicación, el esfuerzo, la diligencia, la traducción, la visión, la inteligencia visual y literaria, la fuerza del verbo, el valor de la palabra hablada y escrita, e incluso la racionalización de los aspectos espirituales de la existencia. También incide favorablemente sobre la armonía del ambiente, y sobre el acogimiento y el recibimiento, y, en suma, en todo lo que sea ayudar y agradar a los demás.
Depura
La torpeza, la desidia, la dejadez, las obsesiones de trabajo y de limpieza, el sacrificio inútil, la falta de oportunidades, la falta de metas, la falta de aspiraciones, la ignorancia y el desentendimiento. Aleja los malos humores y rompe con los egoísmos vanos. Abre las puertas de la visión y el entendimiento, alejando la infelicidad y la sensación de fracaso.